lunes, 22 de junio de 2009

Hacer las cosas bien es algo que se aprende


I. Por una Ciudad amigable

1. Políticas Públicas que garanticen el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos para la comunidad LGBT en la salud, la educación, el empleo y la vivienda.

2. Asegurar el acceso a los créditos que otorga el Gobierno del Distrito Federal para la adquisición de vivienda y establecimiento de proyectos productivos para las personas LGBT.

3. Implementar campañas específicas para la prevención de Infecciones de Transmisión Sexual, principalmente el VIH-SIDA.

4. Promoción de la Ciudad, desde las Secretarías de Turismo y de Cultura, como una ciudad gay friendly.

5. Establecer acciones permanentes contra la homofobia y en general cualquier forma de discriminación que aseguren la convivencia respetuosa entre los diversos sectores sociales de la Ciudad.

II. Por una Reforma Legal incluyente

1. El establecimiento de regulaciones y normas laborales que impidan que las personas sean limitadas en sus derechos laborales por su condición sexual que garanticen que las personas no serán sujeto de discriminación en el acceso, mantenimiento y ascenso en el empleo, como en la designación de sus beneficiarios.

2. El establecimiento de regulaciones y normas legales para que el sistema educativo establezca mecanismos que garanticen el respeto a la diversidad sexual y de género que evite la violencia y discriminación contra las personas LGBT y su deserción o expulsión escolar.

3. El impulso de la Reforma Legal al Código Civil del D.F. en materia de matrimonios y Seguridad Social.

4. El impulso de una Ley que cree al Instituto de la Diversidad Sexual del Distrito Federal.

5. Propugnar la creación de una Fiscalía Especial al interior de la PGJDF para atender los crímenes de odio por raza, religión, sexo y orientación sexual, condición social, entre otros.

martes, 16 de junio de 2009

Marcha de Orgullo LGBT en México


Gloria Careaga/Patria Jiménez
1 de junio de 2009

El día 28 de junio de 1969, en el bar Stonewall Inn, de Nueva York, se llevó a cabo un enfrentamiento contra la extorsión policial y abusos por lesbianas, gays, pero sobre todo transgénero que frecuentaban el bar. En esos días históricos resistieron, respondieron y ganaron la batalla contra la prepotencia policial, poniendo un basta a la violencia, a las discriminaciones y a los prejuicios a los que venían siendo sometidos. Desde entonces, la fecha es recordada y celebrada en el mundo entero, con distintos eventos culturales y políticos, teniendo como su mayor expresión la Marcha de Orgullo LGBT.

El movimiento de las disidencias sexuales se gesta a la par de las luchas de izquierda y feminista de los siglos XIX y principios del XX. Incluso, muchos de los protagonistas del movimiento de las disidencias sexuales se iniciaron y forjaron en aquellos. Así, hubo un enriquecimiento mutuo que gestó nuevas perspectivas. Los tres movimientos comparten, el fin de estructuras opresoras y la construcción de una nueva sociedad.

En México en la década de los setenta inicia la conformación de agrupaciones lésbicas y homosexuales. Estas agrupaciones se hacen visibles por primera vez en el año 1978, cuando hacen aparición contingentes de lesbianas y homosexuales en dos marchas particularmente representativas para la izquierda: la del aniversario de la Revolución Cubana el 26 de julio y la conmemorativa de la Matanza del 2 de octubre.

Pero es en 1979, con motivo del décimo aniversario de Stonewall cuando se realiza la primera Marcha de Orgullo Homosexual. La fecha elegida es reflejo de la influencia internacional. Será el último sábado de junio que año con año se celebrará para conmemorar el enfrentamiento contra los ataques policiacos sufridos por la comunidad gay de Nueva York en junio de 1969.

La I Marcha por el Orgullo Homosexual en la ciudad de México se funda en la necesidad de protesta contra la violencia y los abusos policiacos caracterizados por la extorsión y arbitrariedad, y contra la discriminación. Las consignas del contingente son ¡Durazo, fascista, te tenemos en la lista! ¡No hay libertad política si no hay libertad sexual! ¡Sin liberación sexual no habrá liberación social! ¡Gobierno de chacales que mata homosexuales! consignas que se repetirán y año con año se actualizan en respuesta a los ataques del Estado.

La década de los ochenta marca un punto de inflexión. La Marcha incorpora a las lesbianas, para denominarse como Marcha de Orgullo Lésbico Homosexual. El número de organizaciones lésbicas y gays se incrementa considerablemente y la visibilidad se multiplica. No obstante, para la segunda mitad de los ochenta irrumpe el síndrome de inmunodeficiencia humana, que provoca una respuesta social de linchamiento, la pérdida de la vida de varios activistas y reorientación del trabajo en la lucha.

Las marchas del orgullo homosexual resienten el acoso social y las demandas traducen el sentimiento. Desde 1984 hasta la década de los noventa las proclamas contienen dos perspectivas, la lucha por los derechos y la demanda por la no discriminación. Las organizaciones centran su interés en el fortalecimiento del movimiento por una parte, y por la lucha contra el VIH-SIDA y la discriminación, por otra.

A principios de los noventa, el movimiento homosexual gana en simpatizantes y el lenguaje acusa los nuevos tiempos, la Marcha adquiere un nuevo nombre, Marcha de Orgullo Lésbico Gay, las menciones al socialismo son más limitadas, y la presencia de los bares van adquiriendo fuerza. A mitad de los noventa con el VIH/sida como escenario tristemente común, las marchas de gays y lesbianas (que ya incluyen a transexuales y transgéneros) hacen de las leyes discriminadoras el objetivo de su lucha. ¡Ni enfermos, ni criminales, simplemente homosexuales! Exigían la eliminación del Código Penal la condición de homosexual como agravante de delitos. El nombre de la marcha por el orgullo se modifica por el de Marcha por el Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual y Transgénero Al mismo tiempo, la iniciativa de Patria Jiménez -primera diputada lesbiana, que precisamente eliminó la homosexualidad como agravante en el artículo 201 del Código Penal-, apoyada por CODISEX, lleva la Marcha al Zócalo en 1999. Es este año también cuando lo medios por primera vez, dan a la Marcha una nueva categoría de multitudinaria manifestación política. A los gritos de batalla les corresponde un nuevo carácter en la movilización: masiva, abierta y merecedora de la cobertura del conjunto de los medios de comunicación —televisión incluida.

El año 2000 le da la bienvenida a un nuevo siglo y el movimiento gay sufre un nuevo giro, las marchas apelan por el derecho a la diversidad sexual pero también por la unión legal entre dos personas de un mismo sexo. La demanda, de nuevo, posa sus ojos en el resto del mundo. Holanda, Bélgica, Canadá, Sudáfrica, España, entre otros países, van legislando, uno a uno, para dar garantías a las parejas formadas por personas homosexuales. En México se pugna por una ley similar para la capital. Durante cinco años —de debates fallidos y de acusaciones de traición por no aprobar la propuesta de Ley de Sociedades de Convivencia— el grito de la marcha chilanga es ¡ALDF: nuestro amor no es ilegal. Legíslalo!, ¡Porque nuestros hogares existen, que la ley los reconozca! En 2006, se logra su aprobación y al año siguiente una Ley con mayor cobertura, se aprueba en Coahuila.

Es a partir del año 2000 también que se reproducen las marchas del orgullo, en otras ciudades del país, aun las conservadoras, como Guadalajara.

En el 2008, con motivo de la celebración de la XXX Marcha de Orgullo, se busca retomar su sentido político. Abren la Marcha las figuras históricas y se da un lugar de privilegio a las consignas de derechos y la presencia de las más diversas organizaciones LGBT.

Hoy para la celebración de la XXXI Marcha, el debate sobre el sentido de la Marcha está presente. Un nuevo Comité Organizador busca aglutinar las distintas voces.

Referencias
Bastida A. Leonardo (2007)29 años fuera del clóset. Orgullosos y en la calle. Notiese. México
Goldfeder, Ilán A. (2008) Sombras en la XXX Marcha del Orgullo, 27 de junio de 2008. Anodis. México.
Grupo Arco-Íris de Conscientização Homossexual (2007) 28 de Junho: Orgulho de ser GLBT, nota de prensa. Río de Janeiro, Brasil.

México, la capital del país, una ciudad LGBT amigable.


La Ciudad de México ha sido el corazón de la lucha por los derechos de las personas LGBT en nuestro país. Desde finales de los años setenta vio emerger un dinámico movimiento que daba la cara para enfrentar el silenciamiento, la extorsión y la violencia; buscar su reconocimiento social y exigir el respeto de sus derechos.
Esta irrupción en el espacio social nos colocó como un actor social incómodo que la sociedad se negaba a reconocer y que las autoridades buscaban reprimir. No obstante, a través de los años, hemos ido transitando y rompiendo los estereotipos que nos han tratado de imponer. Dejamos atrás el pecado y la enfermedad, seguimos siendo incómodos muchas veces, pero hoy se nos reconoce como interlocutores para la definición de programas y políticas públicas que nos atañen. La Ciudad de México ha reconocido las uniones entre personas del mismo sexo; ha dado lugar al registro de las personas a partir de su identidad de género y ha declarado al 17 de Mayo el Día Contra la Homofobia. Su Ley contra la Discriminación aprobada, reconoce a la orientación sexual entre las formas en que una persona puede ser discriminada. Sin duda esto significa avances importantes. No obstante el respeto de nuestra presencia y nuestros derechos en todas las esferas sociales aun están en construcción.
Desde hace muchos años, distintas ciudades del mundo han logrado identificarse como ciudades amigables (gay friendly) para las poblaciones LGBT. Este reconocimiento es resultado de las acciones de gobierno que en las ciudades se han impulsado para proteger los derechos de las personas LGBT y proveer de seguridad para su libre tránsito y expresión en la vida pública. El Gobierno de las Ciudad de México, desde el inicio de la presente gestión, ha manifestado el interés, sobre todo de parte de la Secretaría de Turismo, por ser reconocida como una ciudad LGBT amigable.
Con motivo de los Out Games que se celebrarán en Copenhague el próximo mes de julio, el gobierno de esa ciudad decidió convocar a distintas ciudades LGBT amigables del mundo a una Cumbre de Alcaldes y a participar en el festival cultural de los juegos. Desde el grupo asesor internacional de la organización de la Conferencia de Derechos Humanos que también tendrá ahí lugar, Gloria Careaga, mexicana co-secretaria general de la International Lesbian, Gay, Bisexual, Transgender and Intersex Association (ILGA), propuso que se invitara a la Ciudad de México, en virtud del interés expresado y en la búsqueda de afianzar un compromiso para ampliar las acciones de gobierno a favor de la las personas LGBT en la Ciudad.
A finales del 2008, el Gobierno de la Ciudad de México, aceptó la invitación, asumiendo así el compromiso de desarrollar políticas, programas y acciones que avancen en el reconocimiento pleno de la ciudadanía de las personas LGBT, así como en la protección y garantía de sus derechos.
En ese sentido, el trabajo legislativo desde la Asamblea, implica el buscar acuerdos con las instancias del gobierno de la Ciudad para que se desarrollen Políticas Públicas que garanticen el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos para la comunidad LGBT en la salud, la educación, el empleo y la vivienda, así como asegurar el acceso a los créditos que otorga el Gobierno del Distrito Federal para la adquisición de vivienda y establecimiento de proyectos productivos para las personas LGBT. Es decir, que la población LGBT esté claramente incluida en los Programas Sociales de Gobierno y se reflejen en la actuación de las delegaciones.
El interés por la seguridad habrá de garantizar los derechos humanos de todos y la Procuración de Justicia con respeto a las personas LGBT. Para esto será necesario promover la formación y sensibilización de los cuerpos policiacos y el sistema de justicia, para investigar y combatir los crímenes de odio, la violencia, la discriminación y los abusos producto de su propia homofobia.
El establecimiento del Día contra la Homofobia, habrá de ser motivo de una amplia celebración desde las distintas instancias de Gobierno de la Ciudad. Desde esta posición se habrán de establecer acciones permanentes hacia toda la población contra cualquier forma de discriminación, en particular contra la homofobia, que aseguren la convivencia respetuosa entre los diversos sectores sociales de la Ciudad.
Esto permitirá una amplia promoción de la Ciudad, desde las Secretarías de Turismo y de Cultura, como una ciudad LGBT amigable (gay friendly).
Incluso, habrá que ver los mecanismos para el establecimiento del Instituto de la Diversidad Sexual para el Distrito Federal que garantice el monitoreo y puesta en marcha de la condición de las personas LGBT de la Ciudad para el diseño, promoción y ejecución de las acciones de Gobierno.
México, D. F. a 3 de junio de 2009.

Patria adulta



Desde que me incorpore al activismo político LGBTT, y al movimiento Feminista mi vida se transformó. Al principio fue como lanzarme al vacío, consciente de todo lo que dejaba atrás, estudios, casa y familia, la vida personal se transformo a colectiva.
El activismo como forma de vida significó mucho esfuerzo, algunos sacrificios, los días se convirtieron en agenda, por cierto siempre llena de actividad, al mismo tiempo nos brindaba satisfacciones por los logros y el estar vinculada y ser parte de una causa.
Admiro a quien ahora no tiene tiempo para despegarse de la computadora y a quien no tiene tiempo para la computadora, pero más admiro a quienes hacen las dos cosas. Yo he sido de las segundas.
Desde el principio he recibido muchas satisfacciones sobre todo por los resultados de los esfuerzos compartidos y convertidos en transformación sociales, iniciábamos procesos hasta concluirlos, solo para iniciar nuevos: Marchas, Foros, Semanas Culturales, Encuentros, y todos éstos para construir alternativas de vida para las mujeres y los colectivos de la diversidad sexual, nuestra continuidad ha abierto nuevos paradigmas.
La mayor parte de las y los activistas que lideraron nuestros movimientos por los derechos, la emancipación y libertad, continúan su trabajo desde sus propios ámbitos. Han surgido sin duda nuevos liderazgos que van de los planos locales, nacionales, e internacionales o todos a la vez.
Pongo como ejemplo y lo hago por significativo la lucha de las personas transexuales que de ser las actoras incomodas, como en su momento lo fuimos nosotros/as, han llegado a desarrollar una interlocución válida y legitima.
Se han multiplicado las propuestas de agenda y un ejército de activistas, a veces invisibles, trabajan en ellas.
En lo que a mi toca, al igual que otras personas he recibido reconocimiento al trabajo realizado y fuertes críticas a las iniciativas y formas emprendidas. Platicando con algunos activistas del movimiento me han conminado a contestar a mis detractores, hasta este día no ha sido parte de mi política. La razón es que quienes se manejan lanzando la difamación por delante, con el fin de provocar el encono entre los activistas, lo harán porque quieran convertir en canibalismo algo a lo que yo le tengo profundo respeto, por ser producto del trabajo colectivo. Además, pienso que solo alimentaria el morbo y la voracidad de los detractores. Prefiero trabajar, ya mucho compromiso, responsabilidad y sacrificio de tiempo exige el alcanzar las metas que me he propuesto en la vida. Para muchos es claro que la energía y el esfuerzo que nos representa avanzar en nuestro trabajo no puede ser desperdiciado en buscar enemigos entre nosotros. Caerles bien a todos, imposible; pensar todos igual, indeseable.
El desafío que yo miro enfrente es el lograr entablar diálogos, análisis, intercambiar ideas con quienes así lo deseen. Los retos que hemos de enfrentar son muchos y cada quien puede encontrar sus metas sin obstaculizar el trabajo de los otros/as.

lunes, 15 de junio de 2009

Patria joven


A los 16 años empecé a sentirme atraída por mujeres, mi afición por el deporte me mantuvo por un rato distraída, a los 17 una de las compañeras del basket me quitó la venda de los ojos, se dedicó a platicarme de las otras compañeras, quién andaba con quién, quién había andado con quién. Fue más allá y me contó de un lugar, cerca de ahí que era para mujeres. Usó la palabra livais. Mi curiosidad se despertó al instante, saliendo del entrenamiento fui. El lugar estaba cerrado. Eran dos cortinas de hierro y abrían por las noches. Las dos primeras semanas sólo estuve por 30 minutos, solo conocí a las encargadas. Después me las ingenié para quedarme más tiempo y pase de ser de primera vez a la asidua. Por supuesto no tardé en conocer todos, que no eran muchos, los lugares de reunión de “ambiente”. El único lugar que no conocí fue El Safari donde cantaba Chavela Vargas y fue porque no tenia 18 años cuando los cumplí ya habían cerrado el lugar. Sin embargo la conocí, más adelante ya les platicaré.

Disfrutaba mucho de aquellos lugares, era de las últimas en salir. Aprendí a bailar, a enamorarme, a flirtear; pero también fui consciente de que aquellos eran lugares reducto, “guetos”, donde se vivía de noche, con alcohol, drogas y prostitución, donde los peligros acechaban. Me causaba desazón ver cuando alguna mujer se alcoholizaba y se quedaba perdida en aquellos lugares (que no eran como los de ahora). Para sortearlos busqué manejarme en grupo.

Platicábamos de la posibilidad de cambiar las circunstancias de nuestras vidas, que no fuera solo de noche y en aquellos lugares, nos gustaban, pero podría haber algo más….

Ya en la Universidad, una conocida de la UNAM me invitó a finales del año 1978 a una reunión de mujeres Lesbianas en Cuernavaca, el encuentro sería en casa de Nancy Cárdenas, y quedamos de vernos para ir.

Llegamos tarde, tarde, casi noche, las mujeres se encontraban en grupos pequeños, esparcidas por el jardín. Me acerqué a los más que pude intentando recuperar lo que ahí acontecía. Las escuché hablar de política, de Feminismo, de organización de movimiento lésbico y yo con la boca abierta como cuando los aviones. La información que agarre al aire fue que existían organizaciones -Lambda, FHAR, Oikabeth-, que estaban preparando algo grande.

Conocí a Nancy Cárdenas, sobresalía, y no solo por su estatura, tenía una personalidad atractiva de mujer madura, risueña, confortable en el vestir, platicaba y reía con otras mujeres.

Ya para entonces yo estaba cerca de una mujer que se llamaba Yan María, ella daba la dirección del lugar donde se reunía el grupo Oikabeth, el nombre era una composición de palabras náhuatl y mayas significaba: mujeres guerreras que abren camino y esparcen flores. Supe que había arribado a el lugar y circunstancia que me acercaba a mi sueño de cambiar la situación de la vida de las mujeres que aman a otras mujeres.

Fue un tiempo en el que aprendí mucho, estudié y viví el feminismo, el marxismo. Estuve en cantidad de actividades, volanteando, pintando mantas, en reuniones con grupos homosexuales, entonces preparando la primera marcha del orgullo homosexual (el término lésbico homosexual se dio unos tres años después). Como buena pregonera que soy y éramos llevamos la información a los bares y discos o sea a los antros de entonces. Recuerdo a la compañera de una amiga muy querida que al escucharnos dijo que de ninguna manera estaba dispuesta e arrastrar su colchón por las calles de la ciudad. Nos provocó mucha risa, más aún cuando la veíamos acompañar la marcha desde la banqueta.

Llegó para todas y todos el gran día de la Primera Marcha del Orgullo Homosexual.
El día que nos propusimos derribar el muro de silencio, estigma e invisibilidad al que estábamos confinados. Los primeros pasos fueron pesados entre cámaras, fotógrafos, periodistas, la mayoría de los asistentes se acercaban lentamente al grito de Nadie será libre hasta que todos seamos libres, No hay libertad política si no hay libertad sexual, y Alto a las razias. Así emprendimos la primera marcha del orgullo.

Patria... la infancia


Cuando llegué por primera vez a la ciudad de México tenía 9 años, lloré tanto que mi madre imaginó que moriría de tristeza y me regresaron a mi querido pueblo, sólo para volver a la ciudad a los 11 años. Desde entonces vivo aquí y también desde entonces a todas las personas que preguntaban mi nombre yo orgullosa les decía que me llamaba Patria.

Era tímida y poco desenvuelta me pueden imaginar viendo por primera vez volar a los aviones desde una ventana del departamento donde llegué a vivir, pues si... con la boca abierta; me atreví también a raspar la escarcha de nieve del refrigerador y reconocer el sabor eléctrico tan diferente al sabor de los raspados.

Y como niña de campo me la pasé como las cabras tirando para el monte, o sea a todo lo que fuera verde.

Supe de lo mal visto, poco aceptable o de plano repudiable que tenía el significado del amor entre mujeres.

Las palabras malditas con las que se intentaba remitir al infierno a toda aquella que osara incursionar siquiera en tal pensamiento: marimacha, manflora; se escuchaban intimidantes casi como los cuentos de terror con los que nos entretenían por las noches antes de dormir, la única diferencia es que no me causaban tanto miedo como los muertos que se le aparecen a los vivos.